La eficiencia del comercio internacional se ve amenazada por los llamados puntos de congestión o “choke points”. Se trata de lugares estratégicos en las rutas marítimas globales que pueden convertirse en cuellos de botella. Estas zonas geográficas adquieren mucha relevancia debido a que conectan dos masas de agua y facilitan rutas más cortas y directas para el transporte marítimo de mercancías. Poco después de la crisis sanitaria, la globalización les confiere mayor importancia que nunca, por lo que las interrupciones marítimas o la monopolización corren el riesgo de ejercer presión sobre la economía global, la seguridad alimentaria y la geopolítica.
¿Qué es un punto de congestión en las rutas marítimas?
Para conectar mercados y superar las barreras terrestres, la logística global utiliza estrechos y canales estratégicos para hacer que el transporte marítimo sea económicamente viable. Estos corredores transoceánicos dependen de la posición geográfica, las limitaciones físicas y las fronteras políticas. En función de estas limitaciones, las rutas marítimas conectan diversos asentamientos y economías alrededor del mundo.
Un punto de obstrucción en las rutas marítimas es un estrecho pasaje o un área geográficamente crítica donde el tráfico de barcos se concentra. Estos estrechos suelen ser angostos, pero sus ubicaciones estratégicas permiten acortar las distancias de viaje y reducir los costos logísticos. Con esta perspectiva, muchos buques surcan estas vías navegables y generan un tráfico elevado. Ejemplos notables incluyen la ruta del mar Rojo, que conecta Asia y Europa a través del Canal de Suez, y el Canal de Panamá, que une los océanos Pacífico y Atlántico. Cualquier bloqueo o retraso en estos puntos puede tener un impacto económico gigante.
Estos puntos pueden causar demoras significativas en la entrega de mercancías, aumentar los costos de transporte y generar incertidumbre en la planificación logística. A su vez, estos potenciales cuellos de botella pueden resultar en desabastecimiento de productos, aumento de precios y pérdida de confianza en la fiabilidad de la cadena de suministro.
Otra implicación de la crisis es el impacto ambiental que crece con la necesidad de recorrer mayores distancias para llegar a destino y compensar los retrasos. Cuando la economía se vuelve cada vez más interconectada, la construcción de infraestructuras resilientes y la implementación de tecnologías avanzadas son elementos fundamentales para minimizar las interrupciones logísticas.
¿Cuáles son los principales puntos de estancamiento?
Canal de Suez
El Canal de Suez es la ruta principal para conectar Europa con los mercados asiáticos en el menor tiempo posible y con costos más reducidos, al eliminar la necesidad de rodear África a través del cabo de Buena Esperanza. De ahí su importancia logística, más aún cuando no existen alternativas al canal para abarcar una vía artificial de tal magnitud. El último atasco del Ever Given causó pérdidas millonarias y paralizó el cruce marítimo.
Canal de Panamá
El Canal de Panamá facilita el tránsito entre el océano Atlántico y el océano Pacífico. Esta obra de ingeniería alimentada por un gran lago artificial permite que los buques pasen entre ambos océanos a través de esclusas. Sin embargo, el cambio climático afecta la funcionalidad del canal debido a la reducción de los niveles de agua del lago y obliga a limitar el número de buques que pueden transitar.
Estrecho de Malaca
En el sudeste de Asia, el Estrecho de Malaca es la principal ruta de suministro para el transporte de petróleo, gas natural licuado y otras materias primas hacia China y otras economías asiáticas, mientras que los productos manufacturados circulan en dirección contraria. El volumen de tráfico, el riesgo de colisiones y la amenaza de piratería hacen que el estrecho sea un punto de estancamiento particularmente desafiante.
Estrecho de Ormuz
El Estrecho de Ormuz separa el golfo Pérsico del golfo de Omán y es vital para el comercio de petróleo a nivel global. Su importancia estratégica lo convierte en un foco de tensión geopolítica, con diversos países que buscan retener su control como herramienta de presión para sus propios intereses. La región sigue siendo un punto de choque frecuente entre las grandes potencias de la zona.
Estrecho de Bab el-Mandeb
Situado entre la costa africana de Yibuti y la península arábiga, el Estrecho de Bab el-Mandeb es una ruta obligada hacia el Canal de Suez y el Mediterráneo. La funcionalidad del estrecho se ve afectada por la inestabilidad en la región, incluyendo la guerra en Yemen y las disputas regionales. Su nombre significa “puerta de las lágrimas”, de ahí una imagen de los peligros a los que se expone la navegación.
Bósforo y Dardanelos
Los estrechos turcos del Bósforo y Dardanelos son rutas esenciales para el transporte de petróleo y otras cargas desde los puertos del Mar Negro. La navegación está regulada por la Convención de Montreux, que le confiere la soberanía a Turquía y permite la libre circulación de barcos mercantes. Dado el tráfico marítimo, el riesgo de accidentes es alto y existe la necesidad de un tráfico más fluido.
Estrecho de Gibraltar
Desde el Mediterráneo, el Estrecho de Gibraltar da paso al océano Atlántico, uno de los puntos menos riesgosos logísticamente de los que hemos nombrado. A pesar de su relevancia, la situación excepcional de Gibraltar en diversos aspectos geopolíticos lo convierte en un territorio desafiante para las autoridades británicas y españolas.
Factores y soluciones logísticas para mitigar el problema
En el contexto actual, cuando la seguridad tiene múltiples dimensiones, los efectos de los puntos de congestión pueden retrasar o interrumpir el flujo comercial debido a situaciones como accidentes, decisiones políticas o conflictos militares. Varios factores contribuyen a su formación:
- Geografía: la característica natural de ciertos canales y estrechos limita el número de barcos que pueden pasar.
- Aumento del tráfico: el crecimiento del comercio internacional incrementa el volumen de barcos que transitan por estas rutas marítimas.
- Conflictos políticos y militares: las regiones inestables pueden sufrir bloqueos intencionados o restricciones de navegación.
- Capacidad de infraestructura marítima: las limitaciones en la infraestructura de los puertos y canales afectan la capacidad de manejo de grandes volúmenes de tránsito.
Los choke points suelen estar custodiados por las potencias globales, que buscan garantizar la libertad de navegación en alta mar y a través de las regiones. En este sentido, la colaboración entre gobiernos y organismos internacionales, la sostenibilidad y la tecnología portuaria juegan un rol esencial para garantizar la eficiencia logística y la operatividad de los barcos frente a la vulnerabilidad climática y geopolítica.
Además, es importante considerar que estas zonas son recursos valiosos que pueden ser utilizados por los países para su propio beneficio, como el Estrecho de Ormuz por Irán o Gibraltar por el Reino Unido. De este modo, las tensiones geopolíticas obligan a la creación de alianzas para mantener la seguridad en estos puntos de congestión marítima.
Para mitigar los problemas asociados con los puntos, los operadores logísticos están adoptando varias soluciones:
- Diversificación de rutas: la intención es buscar rutas alternativas para evitar dependencias excesivas en destinos específicos.
- Mejora de la planificación logística: el uso de tecnologías avanzadas mejora la previsión y la planificación de rutas.
- Aumento de la capacidad: la inversión en infraestructura marítima puede mejorar el transporte de carga y reducir el número de viajes necesarios.
- Automatización y digitalización: el uso de sistemas de gestión del tráfico marítimo y la digitalización de los procesos portuarios mejoran la eficiencia
En definitiva, la mejora de infraestructuras y el avance tecnológico son elementos esenciales para mitigar los efectos de los choke points y minimizar las interrupciones en las rutas marítimas. En Eternity estamos atentos a los desafíos de la industria marítima y te asesoramos sobre la estrategia logística adecuada para tus negocios.