Las interrupciones logísticas en las rutas marítimas continúan repercutiendo en el comercio internacional con efectos en las tarifas del transporte, retrasos en las entregas, consecuencias para la inflación y presión en las economías regionales especialmente vulnerables. El Mar Rojo, el Mar Negro y el Canal de Panamá se han vuelto el centro de atención de la logística internacional con situaciones simultáneas que colocan a estas rutas marítimas en el ojo de la tormenta. Las dos primeras, debido a los retos geopolíticos y militares y la tercera por la crisis hídrica que afecta a la infraestructura y funcionamiento del canal.
Rutas vitales para el transporte marítimo e interrupciones logísticas
Estas rutas marítimas son vitales para la cadena de suministro global, ya que conectan diferentes regiones y continentes, facilitando el flujo de bienes y materias primas. Cualquier modificación en las rutas significa enormes costos y demora en los tiempos de entrega. Sin embargo, hoy en día el sector naviero se encuentra frente a desafíos mundiales cada vez más graves y la realidad es que el tránsito por estas rutas disminuye considerablemente, según el informe de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) presentado en febrero de este año.
El Mar Rojo, por ejemplo, es una ruta vital para el comercio entre Asia y Europa, a través del Canal de Suez, donde el estallido de la guerra entre Israel y Hamás provoca conflictos militares y tensiones geopolíticas en la región. Más aún, con las amenazas de ataques terroristas en las costas de Yemen y las batallas por el control de la región, las tensiones se derraman en las cadenas de suministros y el tránsito marítimo se ve reducido significativamente. El Mar Negro se ve afectado por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania hace ya un tiempo, con interrupciones logísticas en el envío de cereales y otros alimentos. Esta crisis en los mares pone de relieve la fragilidad del comercio mundial y lleva al aumento de las tarifas de seguro, al desvío de rutas de envío y la suspensión temporal de la actividad económica.
En cuanto al Canal de Panamá, es especialmente relevante para países de la costa oeste de Sudamérica, una de las vías de navegación más importantes del mundo que evita el largo viaje alrededor del extremo sur del continente. La crisis hídrica y la estación seca de Panamá ponen el foco en la fragilidad de la infraestructura, lo que causa congestiones en el tráfico marítimo a la espera de las lluvias que puedan menguar la crisis provocada por el fenómeno El Niño.
Según la UNCTAD, se observó una disminución del 42% en los tránsitos a través del Canal de Suez en comparación con su punto más alto. Esto se debió a la suspensión temporal de las empresas navieras por esa ruta marítima para dar la vuelta alrededor de África. En el caso del Canal de Panamá, el tránsito de buques se redujo en un 49% en comparación con su nivel máximo.
Esta situación conlleva distancias más largas para mitigar el impacto logístico, lo que resulta en un incremento en los costos comerciales y las primas de seguros. Casi inevitablemente, el encarecimiento del transporte tendrá consecuencias ligadas con los precios al consumidor y la inflación. Los países que importan alimentos y bienes de consumo verán el traslado de los efectos de las interrupciones logísticas a la inflación alimentaria. En el caso de Europa, principalmente el suministro de gas asume todos los efectos negativos en el Canal de Suez.
El impacto ambiental también crece con las mayores distancias y requerimiento de velocidad para compensar las demoras. A pesar de los esfuerzos y las tendencias de la última década por mitigar el impacto ambiental de la industria naviera, las interrupciones logísticas obligan a aumentar el consumo de combustible para intentar cumplir con las entregas y reducir el impacto económico a nivel mundial.
Importancia de la planificación estratégica
Hemos visto que la escalada de interrupciones logísticas no deja de aumentar y se ve en simultáneo en las principales rutas marítimas. Eso genera desafíos sin precedentes para las cadenas de suministro. Por tanto, resulta elemental que las empresas identifiquen, evalúen y mitiguen estos riesgos, así como los desafíos logísticos que puedan surgir en sus operaciones globales. Definir una planificación estratégica ayudará a mejorar la seguridad, ahorrar tiempo y reducir el consumo de combustible, asegurando una navegación más eficiente y sostenible. Algunas estrategias clave:
- Diversificación de rutas y proveedores: al buscar múltiples fuentes de suministro y opciones de transporte, se reduce la dependencia de una sola fuente y mejora la flexibilidad.
- Gestión de riesgos: mediante evaluaciones periódicas, las empresas identifican amenazas potenciales y desarrollan planes para actuar rápidamente en caso de interrupciones logísticas.
- Uso de tecnología logística: la tecnología en la cadena de suministro proporciona visibilidad y transparencia, mejorando la toma de decisiones y la capacidad de respuesta frente a crisis inesperadas.
- Planes de contingencia: las interrupciones logísticas generan la necesidad de armar un plan de contingencia, cuya elaboración varía según la experiencia de la empresa, los recursos y el tiempo disponible.
- Colaboración industrial: es fundamental comprender cuándo es beneficioso para una empresa colaborar con otra en lugar de optar por la producción o la compra directa, incluso considerar la regionalización para reducir los tiempos de entrega y riesgos asociados.
- Alianzas con proveedores y operadores logísticos: la colaboración con socios de la cadena de suministro fortalece la confianza y aumenta las oportunidades logísticas esenciales para superar desafíos en forma conjunta.
- Ajuste de la oferta: en algunos casos se deberá adaptar la oferta en consecuencia con las interrupciones logísticas. Esto ayuda a prevenir o mitigar un impacto negativo en la estabilidad financiera de la empresa.
¿Cuál es el papel de la tecnología logística?
Dado el contexto mundial, estas situaciones pueden generar pérdidas económicas, descontento entre los clientes y daño en la reputación de las empresas. Sin embargo, gracias al creciente papel de la tecnología en la gestión de la cadena de suministro, las empresas cuentan con herramientas para mitigar estos riesgos, mejorar la capacidad de respuesta y garantizar la continuidad de sus operaciones dentro de lo posible:
- Seguimiento en tiempo real: el monitoreo de la cadena de suministro en tiempo real ayuda a anticiparse a los problemas y tomar medidas correctivas que reduzcan el daño potencial.
- Computación en la nube: ofrece una plataforma ágil para gestionar datos y colaborar con proveedores en tiempo real, facilitando respuestas rápidas ante interrupciones logísticas inesperadas.
- Sistemas de navegación avanzados: en otros tiempos las rutas de los barcos se establecían antes de zarpar, sin considerar imprevistos. Sin embargo, con los avances en tecnología ahora es posible ajustar el rumbo en tiempo real según las condiciones del océano y el clima o el nuevo contexto geopolítico de las rutas que transitan.
- Análisis predictivo: mediante algoritmos de aprendizaje automático, las empresas pueden prever eventos futuros y ajustar los niveles de sus inventarios en consecuencia.
Para finalizar, los expertos en comercio exterior y la UNCTAD resaltan la urgencia de una cooperación internacional para abordar las interrupciones logísticas y hacer frente a los desafíos actuales que exponen las tensiones geopolíticas y climáticas. Esta proyección requiere de esfuerzos conjuntos para encontrar soluciones sostenibles, especialmente para apoyar a los países más afectados por estos cambios. En Eternity estamos atentos a los desafíos y las alteraciones de las rutas marítimas y te asesoramos sobre la estrategia logística adecuada para tus negocios.