El transporte marítimo es una pieza clave en el comercio global, ya que más del 80% del volumen de mercancías se transporta por mar. Sin embargo, este sector también es una fuente significativa de emisiones marítimas y contaminación atmosférica, cuestiones de creciente preocupación en la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental.

Para mitigar el incremento de las emisiones marítimas, las prácticas que reducen la huella de carbono incluyen uso de biocombustibles marinos, mejoras en la eficiencia energética de los buques y desarrollo de tecnologías avanzadas de propulsión. Además, es necesario que las políticas y regulaciones internacionales evolucionen para garantizar que el sector continúe avanzando hacia una navegación más sostenible y menos contaminante.

maritime emissions cargo ship container

 

¿Cuál es el impacto ambiental del transporte marítimo?

La actividad de la industria marítima comprende tanto la navegación de los buques como el movimiento en zonas portuarias o navales durante su permanencia en los puertos. En respuesta a estas preocupaciones ambientales, en los últimos años se ha puesto énfasis en la reducción de la velocidad de los buques mercantes mientras se encuentran en tránsito. Al reducir la velocidad, los buques consumen menos combustible, lo que lleva a una disminución significativa en la cantidad de emisiones marítimas. No obstante, diferentes causas pueden aumentar el volumen de los fletes y llevar a un incremento en las emisiones de los buques que afectan la salud y el medio ambiente marino.

Esta industria mueve 11 mil millones de toneladas de mercancías al año. Según un estudio publicado en Nature Energy, el sector marítimo ha crecido a pasos agigantados gracias al uso de fueloil pesado (HFO, del inglés Heavy Fuel Oil), un combustible marino que resulta barato y denso en energía. Sin embargo, este combustible es nocivo para el medio ambiente, cuyos efectos comprenden emisiones GEI, eutrofización marina, ecotoxicidad y contaminación del aire.


Fuente de contaminación del transporte marítimo

El transporte marítimo es una fuente significativa de emisiones de GEI. Estos gases contribuyen al calentamiento global al atrapar el calor en la atmósfera. En 2018, el sector marítimo internacional fue responsable de aproximadamente el 2,9% de las emisiones globales de CO2.

La industria naviera emite varios contaminantes, como dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOX), materia particulada y compuestos orgánicos volátiles. Estos contaminantes provienen principalmente de la combustión de combustibles fósiles en los motores de los buques. Los combustibles marinos, como el fuelóleo pesado, tienen altos contenidos de azufre, lo que resulta en la emisión de SO2, que puede causar lluvia ácida y provocar efectos nocivos en la salud humana y el medio ambiente.

Además, los NOX son precursores de la formación de ozono troposférico y esmog fotoquímico, lo que agrava problemas respiratorios y cardiovasculares en las poblaciones expuestas. Lo mismo sucede con las partículas finas, que también son especialmente dañinas para los pulmones.

Si bien la eficiencia energética de los buques ha mejorado en los últimos tiempos, el crecimiento del comercio mundial lleva a un aumento neto en las emisiones totales, reduciendo las posibilidades de la sostenibilidad en la industria naviera. Por otro lado, el transporte marítimo de mercancías a largas distancias se ve afectado por las interrupciones logísticas en las principales rutas interoceánicas, lo que supone un mayor consumo de combustible para compensar las demoras, exacerbando el problema de las emisiones marítimas.

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Regulaciones ambientales y posibles soluciones para abordar este desafío

La Organización Marítima Internacional (OMI) es el principal foro internacional de seguridad marítima y protección del medio ambiente marino. Entre las medidas clave se encuentra el Convenio Internacional para la Prevención de la Contaminación por los Buques (MARPOL), que establece estándares para prevenir y reducir al mínimo el impacto ambiental del transporte marítimo. Algunas medidas de la OMI en la gestión sostenible de los mares y océanos para reducir las emisiones marítimas:

 

Reducción del contenido de azufre

La presión política ha llevado a la OMI a implementar regulaciones para reducir las emisiones de GEI, incluyendo una reducción del contenido de azufre en el combustible marino del 3,5% al 0,5% y la prohibición del uso o transporte de HFO en el Ártico a partir de 2024, una ruta sensible muy transitada por buques de distintas banderas. La industria busca alternativas de cero emisiones al HFO como los electrocombustibles, aunque estas opciones pueden aumentar significativamente los costos.

En este sentido y conforme a las orientaciones de la OMI y las regulaciones ambientales, la industria marítima está adoptando combustibles como el fueloil con contenido muy bajo de azufre (VLSFO, del inglés Very Low Sulphur Fuel Oil) y el gasoil para usos marinos (MGO). Además, muchos buques comienzan a instalar sistemas para “limpiar” los gases de escape.

 

Tecnologías limpias para buques

Entre las nuevas tecnologías y prácticas para reducir la contaminación del transporte marítimo, se explora el uso de combustibles alternativos como el gas natural licuado (GNL), el hidrógeno y los biocombustibles marinos, así como la mejora en la eficiencia energética a través de diseños más aerodinámicos, sistemas de propulsión avanzados y el uso de energías renovables como la energía eólica y solar.

Los biocombustibles marinos derivan de fuentes orgánicas renovables, como aceites vegetales, algas marinas y residuos agrícolas y forestales. Si bien la reducción de emisiones y dependencia de recursos fósiles es notable, el principal desafío de esta tecnología es la producción a gran escala que requiere inversiones significativas y desarrollo de cadenas de suministro eficientes. Con un enfoque en la innovación y la sostenibilidad, estos combustibles podrían desempeñar un papel clave en el futuro de la industria marítima sostenible y la protección de nuestros océanos y medio ambiente.

 

Fijación del precio del carbono

Entre las iniciativas globales para la reducción de emisiones, la OMI está llevando a cabo negociaciones sobre la fijación del precio del carbono para el transporte marítimo, marcando un hito que cierre la brecha de precios entre los combustibles fósiles y la energía verde y, así, facilitar una transición equitativa hacia prácticas más sostenibles. Se están discutiendo medidas económicas, como impuestos por emisiones marítimas, y técnicas, como normas para fomentar el uso de energía limpia en los buques.

Como todo debate, esta discusión tiene partidarios y oponentes. No obstante, se destaca la importancia de adoptar medidas ambiciosas para reducir las emisiones marítimas. Representantes de la sociedad civil y ONG ambientalistas abogan por una tasa significativa, como la propuesta de USD 150 por tonelada de emisiones. Otros resaltan la necesidad de regulaciones para fomentar la adopción y disponibilidad en el futuro de energías limpias. Asimismo, se extiende la atención a otros problemas urgentes en la salud de los océanos y la intersección con la logística internacional, como los vertidos químicos y de petróleo, las colisiones con ballenas y la contaminación acústica submarina.


En suma, es importante seguir desarrollando tecnologías limpias para buques y mejorar la eficiencia energética para reducir las emisiones marítimas. En Eternity trabajamos por un modelo sustentable, mediante el monitoreo de emisiones en tiempo real de tus envíos y una propuesta de regeneración de ecosistemas. A partir de una comprensión más clara de tus emisiones, podrás establecer objetivos de reducción de carbono e involucrarte en la acción.

 

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