En la búsqueda de la sustentabilidad y la eficiencia energética, algunas empresas lideran la transición hacia la neutralidad de carbono y transforman sus modelos de negocio con enfoque en la logística verde. Muchas de ellas también abogan por un cambio sistémico, dado que los esfuerzos individuales pueden no ser suficientes para resolver la crisis climática.
Sin embargo, se proponen metas concretas para aportar a un desarrollo bajo en carbono, donde la naturaleza prospere y la sociedad pueda encontrar el equilibrio entre el crecimiento económico, la equidad social y el cuidado del planeta.
Hoy en día, un factor que puede limitar el desarrollo de una empresa es un rendimiento deficiente en términos de sustentabilidad, lo cual se evalúa a partir de su impacto ambiental y social. Una imagen clara es que las empresas de consumo dependen del suministro de energía y recursos naturales que sean confiables y accesibles para la fabricación y distribución de sus productos. Del mismo modo, necesitan la aprobación de consumidores, inversionistas y reguladores para operar. No obstante, estos elementos ya no pueden considerarse como garantizados.
En un mundo globalizado con producción a gran escala, las organizaciones tienen la capacidad de mitigar los efectos del cambio climático y, al hacerlo, responden al reclamo de los consumidores e inversionistas que demandan mejoras sustanciales en el desempeño sustentable de la producción y logística.
Los consumidores están cada vez más informados sobre los impactos negativos en el medio ambiente generados por las cadenas de suministro de las que adquieren sus productos. En este punto, cuando las empresas diseñan estrategias de logística verde, no solo están aportando al cuidado del planeta, sino que también pueden mejorar su imagen, fomentar la lealtad de sus clientes y expandirse hacia nuevos mercados que valoran la responsabilidad medioambiental. Por tanto, la conciencia colectiva y la colaboración empresarial se revelan como factores clave para alcanzar metas ambientales compartidas.
El rol de la tecnología en la cadena de suministro
Con la adopción creciente de nuevas herramientas digitales, las empresas intensifican su enfoque en la eficiencia. La logística verde se empapa del mundo digital con tecnologías como sistemas de gestión de almacenes, seguimiento y rastreo. Centrada en la gestión del carbono, la logística verde abarca acciones concretas, tales como la optimización de recursos, la promoción del embalaje sustentable, la gestión de residuos y la adopción de prácticas de transporte ecológico.
Integrar tecnologías en la cadena de suministro es una práctica cada vez más valorada en el ámbito logístico, con beneficios que van desde la mejora del cumplimiento normativo hasta el fortalecimiento de la marca y la reducción de costos y desperdicios. Exploramos algunas formas en que la tecnología favorece la reducción del impacto ambiental de las cadenas de suministro:
7 empresas líderes que impulsan la logística verde en sus operaciones
Para lograr un impacto ambiental positivo, las empresas redefinen sus modelos de negocio y trazan una estrategia con acciones concretas para abordar la reducción de emisiones de carbono, el reciclaje de materiales, el uso eficiente de recursos y el desarrollo de tecnologías inteligentes.
Descubre algunos ejemplos de empresas que aplican principios de logística verde en sus operaciones de manera exitosa y colaboran estrechamente con clientes y proveedores para implementar soluciones que promueven la sustentabilidad:
En un mundo donde los consumidores valoran cada vez más la sustentabilidad, las organizaciones se ven impulsadas a incorporar prácticas ecoeficientes y estrategias de responsabilidad social. En este sentido, la logística verde es una gran herramienta que colabora con las prácticas sustentables. En Eternity Group apostamos por la logística verde, por eso lanzamos Elis Carbon Neutral para generar un impacto positivo en el medio ambiente. Queremos inspirar a las empresas en el camino hacia un futuro más sustentable y resiliente.