La gestión Lean tiene su origen en las fábricas de una empresa automotríz japonesa durante la década de 1980. Esta variante de fabricación evolucionó a partir de las prácticas adoptadas por el sistema de producción para identificar y eliminar procesos que no contribuyen al producto final ni aportan valor al cliente. Lean Logistics hace referencia a la filosofía de gestión ajustada y sus principios logísticos en la creación de valor. Por tanto, la filosofía Lean implica darle al cliente lo que busca en el momento adecuado utilizando menos recursos y cuidando el flujo de valor.
Cuando estos principios de Lean Logistics se aplican a la cadena de suministro, el concepto se conoce como Lean Supply Chain. Se trata de conseguir una secuencia esbelta que elimine procesos que generan desperdicios, como retrasos en la llegada de los materiales, talento no utilizado o exceso de inventario, y desniveles de picos y valles de la demanda en ocasiones especiales, por ejemplo, la exigencia de personal adicional para la época de Navidad.
El objetivo de Lean Logistics es extender este enfoque que aporte valor al cliente final, no tanto así al costo del producto. Es decir, para las empresas interesadas en conseguir procesos logísticos eficientes, ceñidos al modelo Lean, lo más importante es que el cliente se encuentre satisfecho cuando reciba su producto. La gestión Lean se puede observar también como un camino hacia la logística colaborativa para mejorar el posicionamiento en el mercado y aprovechar la experiencia conjunta para ser más innovadores en el sector.
La gestión moderna sobre la base de Lean Logistics desarrolla una clave competitiva para conseguir procesos eficientes y profesionalizar la cadena de suministro en todas sus facetas, desde la gestión de comunicación e información, operaciones generales y compras, hasta la distribución logística.
Entonces la clave para las empresas es preguntarse qué recursos generan valor y cuáles se están desperdiciando. En el contexto de Lean Logistics, el valor es lo que el cliente está dispuesto a pagar sin renunciar a calidad y servicio logístico de nivel. Los procesos que no contribuyen a este resultado final pueden considerarse como desperdicio de recursos o esfuerzos. Ejemplos de desperdicios son empaque defectuoso, sobreproducción, demoras y tiempos de espera, rutas poco optimizadas, exceso de movimiento, sistemas de reparto obsoletos, etc.
Sin dudas, una filosofía Lean ayuda a buscar la eficiencia y la calidad continua en el equilibrio entre demanda y producción para reducir costos y ganar valor para el cliente. Comprender la diferencia entre los componentes que agregan valor en la cadena y los procesos sin valor agregado es fundamental para mejorar la productividad y reducir los desperdicios.
Beneficios de la estrategia hacia la eficiencia:
Una cadena de suministro sólida y sincronizada con los principios de Lean Logistics no solo permite que las empresas interconectadas puedan alinear sus esfuerzos y voluntades, sino que constituye una ventaja competitiva en el mercado global. En este camino hacia la eficiencia, Eternity colabora con tu proyecto para que encuentre eco en la logística de forma proactiva y cohesionada.