Hoy en día los embarques con cargas internacional se traduce en grandes y repetitivos contenedores apilados listos para partir o descargar. La razón es que el contenedor es el medio apto para una carga segura en viajes marítimos. Son útiles para todo tipo de mercancía, en particular, los productos manufacturados que se paletizan para un mejor traslado y fácil manejo de la carga unificada.
Sin embargo, la mercancía no está exenta de daños y pérdidas, y las empresas pueden perder grandes cantidades de dinero si la carga no fue bien ajustada y asegurada durante el viaje. Surge la necesidad de establecer buenas prácticas de carga y descarga en un contenedor.
A grandes rasgos, el proceso logístico de una carga segura se puede dividir en dos etapas:
La primera, es paletizar la carga si corresponde y elegir el tipo de contenedor adecuado al proyecto, en función del peso, el tamaño o la condición especial de la mercancía, ya sean materias primas a granel, carga general, carga pesada, carga líquida o productos perecederos. Las cajas metálicas tienen tamaños estándares y se fabrican en varias configuraciones, tales como seco, aislado, estante plano, abierto, refrigerado y tanque.
Otro concepto importante es la función del empaquetado para exportación. En el proceso de una carga segura, el empaquetado facilita el acopio de mercancía de forma correcta y tiene una función esencial en la reducción de riesgos y autenticación de sellos.
La segunda etapa es la carga de la mercancía y todas las consideraciones para cargar, estibar y asegurar el contenedor.
En el interior
En el exterior
Factores en la planificación de la carga
Proceso de llenado
Los contenedores que no se han cargado de forma correcta suponen el riesgo de dañar o perder la carga, incluso de enfrentarse a accidentes marítimos, con consecuentes pérdidas económicas para los transportistas y los clientes. El cargador tiene una gran responsabilidad en hechos atribuibles a un mal embalaje, sujeción o manipulación de la carga.
La sujeción garantiza que la carga permanezca en la posición prevista y que no se dañe. Durante el viaje oceánico, un contenedor queda expuesto a factores de compresión, flexión e impacto que aumentan la tensión normal de cualquier dispositivo de sujeción. De ahí la importancia del trincaje para prevenir daños en la mercancía.
El cargador debe verificar la masa bruta del contenedor y presentar esos datos a la terminal portuaria, al transitario y a la naviera. Conociendo este dato, la distribución de la carga debe estar equilibrada para evitar todo riesgo de manipulación y transporte.
En todo el proceso de carga y descarga debe primar la precaución para que la mercancía llegue en óptimas condiciones a destino. En Eternity te asesoramos sobre logística internacional y te recomendamos el contenedor más adecuado para el viaje de una carga segura en el transporte marítimo.