En las últimas décadas, el crecimiento del transporte en México viene acompañado de un aumento en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), el consumo de combustibles fósiles y la contaminación acústica, especialmente en áreas urbanas. Este crecimiento plantea desafíos significativos relacionados con el medio ambiente y la salud pública. En este sentido, el transporte sustentable se comprende entre las metas para enfrentar los retos globales climáticos. Exploramos cómo México está adaptando su transporte por carretera para el 2025, destacando avances tecnológicos y principales desafíos.
Panorama actual y proyecciones al 2025
La logística eficiente tiene su cimiento en la coordinación de recursos, departamentos y operadores. Uno de estos recursos es el transporte, cuya buena gestión mejora la competitividad de las empresas mexicanas, con beneficios claros de conexión y flujo de bienes y servicios. En particular, el rol del transporte es innegable en la economía, a través de la logística y distribución desde las fábricas y centros logísticos hasta los mercados.
Sin embargo, como sucede en gran parte del mundo actual, esta relevancia económica y social contrasta con los impactos negativos que genera en el entorno. De modo que el gran desafío del transporte es reducir la dependencia de combustibles fósiles. México se encuentra entre los 15 países mayores emisores de GEI, cuyas consecuencias nefastas para el planeta también impulsan a estas naciones a buscar soluciones que las acerquen a la reducción de las emisiones y un equilibrio entre ecología y economía.
En el marco de la COP29 (Bakú, Azerbaiyán, noviembre de 2024), el director de Iniciativa Climática de México (ICM) destacó que México puede alcanzar la meta de cero emisiones netas para 2060 en su compromiso ambiental, siempre que la nueva administración de gobierno implemente políticas públicas efectivas y realice inversiones adecuadas de inmediato, con especial atención en la generación de energías renovables para reducir las emisiones.
En el contexto más próximo, las claves para proyectar 2025 se encuentran en la transición hacia combustibles más limpios, mejoras en infraestructura vial y regulaciones más estrictas que impulsen prácticas responsables.
A pesar de que las preocupaciones ambientales crecen, el transporte en México sigue dependiendo en gran medida de combustibles tradicionales que generan altos niveles de contaminación. El panorama actual nos dice que el transporte por carretera enfrenta desafíos como el envejecimiento de las flotas, la dependencia de combustibles fósiles y la infraestructura desigual en la amplia red de carreteras. Uno de los principales retos para 2025 es favorecer el transporte sustentable, lo que implica modernizar los vehículos, fomentar el uso de combustibles alternativos y promover políticas de transporte que reduzcan las emisiones durante los trayectos.
Soluciones sustentables que impulsan la transición
El transporte sustentable busca minimizar el impacto ambiental mediante el uso eficiente de recursos y la adopción de tecnologías limpias. En esta transición crítica, es importante garantizar la viabilidad de las soluciones sustentables para que las empresas encuentren el aliento para proyectarse en función de la reducción de emisiones y las tecnologías verdes. En el sector del transporte, las mejoras en infraestructura vial son esenciales para alcanzar estas metas, tales como la disponibilidad de estaciones de carga eléctrica, redes de distribución de GNC y carreteras inteligentes que integren tecnologías de monitoreo en tiempo real.
En el sector logístico, la transición energética delinea algunas iniciativas en la adopción de camiones híbridos y eléctricos para sus operaciones. En tanto, las alianzas estratégicas son primordiales en las políticas públicas y privadas para avanzar en el futuro del transporte en México. Algunas soluciones sustentables que se abordan en función del transporte eléctrico:
- Modernización de flotas: se trata de un paso fundamental para que los vehículos sean más eficientes y menos contaminantes, especialmente el transporte de carga.
- Inversión en infraestructura y corredores verdes que incluyan estaciones de carga eléctrica y puntos de abastecimiento de GNC para facilitar la adopción de combustibles alternativos.
- Integración de digitalización y tecnologías de transporte para mejorar los sistemas de gestión de flotas, optimización de rutas y monitoreo en tiempo real.
- Promoción del transporte intermodal: por ejemplo, combinación de trenes y camiones eléctricos, lo que aporta flexibilidad y sostenibilidad en logística.
- Políticas gubernamentales: México es suscriptor del Acuerdo de París y ha establecido compromisos en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) para reducir las emisiones GEI.
Beneficios esperados con el transporte sustentable
En la urgencia por mitigar el cambio climático, la transición hacia un modelo de transporte sustentable también ofrece una serie de beneficios económicos, sociales y ambientales que impulsan la competitividad y la sustentabilidad de las empresas. Así, es posible encontrar un equilibrio entre las necesidades de movilidad y logística 2025 y las acciones por el clima:
- Carreteras inteligentes: las tecnologías de transporte, como sensores y monitoreo en tiempo real, ayudan a optimizar el flujo vehicular y reducir las congestiones.
- Reducción del ruido: el transporte eléctrico genera menos ruido y mejora las condiciones de vida en entornos urbanos densos.
- Mejora de la reputación de las empresas: el cambio de paradigma también beneficia a las empresas al mejorar su imagen y reputación frente a consumidores, inversionistas y socios comerciales.
- Acceso a nuevos mercados: los estándares internacionales de sostenibilidad abren puertas a mercados con mayor conciencia ambiental.
- Generación de empleos verdes: la transición energética impulsa nuevas oportunidades laborales en sectores como manufactura de tecnologías limpias y construcción de infraestructura.
Desafíos en el transporte sustentable
Si bien todos coincidimos en que el transporte sustentable es una necesidad urgente para priorizar la acción por el clima, su adopción enfrenta una serie de desafíos estructurales, tecnológicos y económicos:
- Altos costos iniciales: la actualización de la flota y las carreteras sustentables requieren grandes inversiones públicas y privadas, lo que dificulta la transición.
- Cobertura limitada: las estaciones de carga para vehículos eléctricos y las estaciones de gas natural son escasas, particularmente en zonas rurales y regiones menos desarrolladas.
- Fluctuación de costos energéticos: la dependencia de los combustibles tradicionales y la competencia por recursos limpios pueden generar costos inestables.
- Políticas públicas ambiguas: si bien la intención de reducir las emisiones está planteada, los incentivos insuficientes y las normativas ambiguas también presentan un desafío en la eficiencia energética.
- Falta de conciencia: los procesos tecnológicos se ven obstaculizados por el desconocimiento, la resistencia al cambio y la falta de capacitación que limita a conductores, técnicos y operadores.
Sin duda, la evolución hacia un transporte sustentable es un reto y una oportunidad para impulsar la competitividad del país. De cara al 2025, los esfuerzos conjuntos entre el gobierno, la industria y la sociedad serán fundamentales para lograr un transporte más limpio, eficiente y competitivo. Eternity acompaña a las empresas en este camino desafiante como motor de desarrollo logístico sustentable para México y su posición en el mundo.