Las inquietudes por el cambio climático están acelerando el impulso de las energías renovables en todo el mundo. Este compromiso ambiental se ve favorecido por la reducción de los costos gracias a los avances tecnológicos y la evolución de las políticas energéticas. Exploramos cómo la transición energética está transformando la economía mexicana e impulsando la competitividad del país como un destino más resiliente para las inversiones energéticas.
La tendencia global es la sustitución progresiva de fuentes de energía convencionales por energías renovables para mitigar el impacto ambiental. En este sentido, México se posiciona como un actor central en la promoción de energías limpias, cuya economía depende en gran medida de recursos energéticos. El país tiene la oportunidad de liderar estos cambios hacia una economía más ecológica, dados su geografía, diversidad climática y creciente interés social en un desarrollo inclusivo y bajo en carbono. A esto se suman las inversiones nacionales y extranjeras que facilitan la creación de megaproyectos para la transición efectiva hacia una economía verde.
En particular, México ha desarrollado un marco legislativo y de políticas públicas para cumplir con sus objetivos climáticos. En 2012, la promulgación de la Ley General de Cambio Climático (LGCC) marcó un hito, con metas voluntarias de reducción de GEI del 30% para 2020 y del 50% para 2050 (con respecto a 2000), siempre y cuando contara con el apoyo internacional en términos de financiamiento y tecnología.
Este compromiso del gobierno se fortaleció con la presentación de la INDC (Intended Nationally Determined Contribution) en 2015, que se convirtió en la primera Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) con la entrada en vigor del Acuerdo de París en 2016. Mediante este plan de acción climática, México se comprometió a una reducción no condicionada del 25% de las emisiones de GEI para 2030 y a una reducción del 40% si recibía apoyo externo para desarrollar un cambio estructural en el sector energético.
Podemos establecer que los avances en la adopción de energías renovables lideran el cambio en México y contribuyen a:
Si bien la dependencia de los combustibles fósiles marcó el rumbo de la economía mundial en el pasado, se hace necesario un cambio de paradigma que afronte los desafíos climáticos. En México, las crecientes preocupaciones por el impacto ambiental de las industrias, el compromiso con los acuerdos internacionales y la necesidad de garantizar la seguridad energética dieron un mayor impulso a las fuentes de energía renovable. Algunos aspectos que fomentan esta adopción:
Gracias a los avances tecnológicos, las fuentes renovables, especialmente la solar, continúan ganando terreno en el país. Como núcleo de interés e investigación de este recurso solar, la clave es la tecnología de almacenamiento avanzada para conseguir un crecimiento continuo y sostenido. Estas tecnologías permiten almacenar el exceso de energía y liberarla en momentos de alta demanda o baja generación, lo que aporta versatilidad y estabilidad a los sistemas energéticos.
En México se destacan la energía solar y la eólica como los recursos naturales más relevantes. Algunos ejemplos son las regiones de Oaxaca, que albergan los parques eólicos más grandes de América Latina, en tanto los estados como Sonora y Chihuahua poseen condiciones ideales para la generación solar. Los territorios del norte de México tienen el mayor potencial solar del país, epicentro de los parques solares, cuyo crecimiento impulsa la competitividad en México. Sin embargo, la fragilidad de estos proyectos es la carencia en la infraestructura de transmisión suficiente, por lo que mejorarla es clave para convertir a estos estados en centros de energía renovable.
Con un compromiso firme y una visión a largo plazo, México puede convertirse en un modelo de desarrollo energético renovable y sostenible en la región. Existen ejemplos claros, como Alemania y Dinamarca, de que es posible reducir las emisiones de CO2, sin comprometer la creación de empleo ni la competitividad económica. Del mismo modo, se puede entender cuáles fueron los obstáculos que estos países debieron sortear y aprender en su propio camino hacia la sostenibilidad.
El avance de las energías renovables en México depende en gran medida de políticas energéticas y regulaciones que fomenten la inversión y el uso de tecnologías limpias. Si bien los retos en la infraestructura dificultan una distribución eficiente de la energía verde, las decisiones gubernamentales deben sostener el impulso de los marcos regulatorios y no olvidar que la voluntad política y el apoyo a las innovaciones tecnológicas seguirán siendo factores determinantes en la transición energética.
Sin duda, dos elementos son esenciales para avanzar en la transición energética y enfrentar los desafíos del cambio climático: la investigación e inversión para el desarrollo. Además de mejorar la infraestructura de un país, la apuesta por las energías renovables atrae capital extranjero y transferencia de tecnología y conocimientos. Esta inversión es esencial para llevar adelante los proyectos de colaboración internacional que permitan al país avanzar hacia una matriz energética más sostenible y diversificada.
Como en todo avance científico, la investigación es la herramienta para explorar y perfeccionar tecnologías emergentes. Los avances que se consiguen en áreas como la energía solar, la eólica, la geotérmica y las tecnologías de hidrógeno verde son pasos hacia la eficiencia de los sistemas y reducción de los costos de producción y logística. La investigación también es vital para mitigar o resolver el gran reto de las energías renovables como es la intermitencia.
Los impulsores económicos, sociales y ambientales de la eficiencia energética son elementales en las decisiones empresariales para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y proponer un cambio de paradigma en pos de la sostenibilidad. Las industrias más beneficiadas por la transición hacia energías renovables incluyen la industria del acero, la alimentaria, la textil, la manufacturera, el sistema de riego agrícola, entre otras. Las empresas que adoptan energías limpias en México pueden esperar una serie de beneficios a largo plazo:
En suma, la adopción de energías renovables no solo está impulsando la competitividad en México, sino que trae consigo un mayor compromiso con el medio ambiente y una oportunidad para posicionarse como un país moderno y resiliente. En Eternity te acompañamos en la transición hacia una cambio verde y te invitamos a sumarte al programa Elis Carbon Neutral para emprender acciones concretas que mitiguen el impacto ambiental.