El transporte aéreo es un gran protagonista en el desarrollo del mercado. Así como apoya diferentes actividades económicas también vincula regiones distantes para asegurar la integración de la población. Sin embargo, hoy en día es uno de los factores críticos de contaminación. Los aviones más sustentables son el desafío de los próximos años, marcados por el plan global de reducción y eliminación de carbono en la aviación.
El cambio de paradigma energético es una cuestión que involucra a muchos actores, desde los fabricantes de aviones hasta los diferentes gobiernos que se suman al plan para reducir la contaminación. A pesar de que se ha avanzado mucho en energías alternativas, como la eólica y la solar, los combustibles líquidos sostenibles en la práctica deberían ser la clave de esta carrera ecológica.
El objetivo de la aviación internacional es alcanzar el carbono neutral a partir de las innovaciones continuas de procedimientos, nuevas tecnologías y combustibles alternativos. Para reducir el impacto, las compañías aéreas comerciales que participan del Programa de compensación y reducción de emisiones de carbono, proponen para la industria de la aviación internacional el uso de aviones más sustentables, sustituir el combustible convencional por biocombustible y encontrar rutas de vuelo más directas.
La innovación para conseguir aviones más sustentables está puesta en tres factores elementales:
La transición hacia los combustibles sostenibles es la base del concepto ecológico en la aviación. En cuanto a tecnología, la energía de hidrógeno es el futuro del transporte aéreo y algunas compañías ya están detrás de las primeras pruebas de aviones del futuro.
Dejar de depender del combustible de origen fósil es el factor decisivo para desvincular las emisiones de gases de efecto invernadero de los vuelos. Se trata de una ecuación difícil cuando el combustible tradicional tiene una densidad energética abrumadora.
Las medidas tomadas en torno al control aéreo intentan encontrar rutas de vuelo más directas y reducir el tiempo en que los aviones quedan esperando en círculos para poder aterrizar. La tecnología permite introducir mejoras en el protocolo del espacio aéreo.
El impacto climático hace que la aviación sea uno de los sectores que está asumiendo responsabilidades para conseguir fuentes de combustibles sustentable. El desarrollo de biocombustibles promete otra alternativa para descarbonizar el sector. Los combustibles de aviación "verde" tienen la ventaja de ser de sustitución directa, sin necesidad de tantos cambios de infraestructura.
Existen dos tipos:
La mayoría de los biocombustibles disponibles hoy en día proceden de grasas y aceites, biomasa y residuos de diferentes tipos. Esta alternativa tiene una disponibilidad limitada debido a la naturaleza de su materia prima. Sin embargo, la tecnología más prometedora está en sus inicios.
Se elabora con CO2 capturado de la atmósfera e hidrógeno renovable como únicas materias primas. Es un sistema de producción que contribuye al uso eficiente de los recursos y el crecimiento sostenible en el tiempo.
El abandono de la gasolina en favor del cambio que promueve la sociedad pone a los fabricantes aeronáuticos a desarrollar nuevas tecnologías para impulsar la aeronave híbrida. La energía de hidrógeno es un hecho paradigmático, pero tiene sus bemoles.
Siempre que se habla de logística sustentable y transición de energías, como sucede con los camiones ecológicos, se destaca el uso de electricidad almacenada en baterías. No es el caso de los aviones. El desafío está puesto en el hidrógeno, un combustible renovable y abundante, pero que lleva procesos complejos para separarlo de las sustancias asociadas. El almacenamiento también es un factor crítico, dado que los aviones utilizan hasta cuatro veces más volumen que de combustible convencional, y el espacio de los aviones es escaso.
Aunque los tipos de combustible ocupan el objetivo principal de los aviones más sustentables, no hay que olvidar la infraestructura aeroportuaria que va a requerir de inversiones para ofrecer el abastecimiento del hidrógeno. De modo que los involucrados y más interesados en los sistemas financieros tienen que concebir el impulso del hidrógeno como fuente de energía renovable y rentable para el futuro del transporte aéreo de carga.
A pesar de que sea abundante en la Tierra, los mayores inconvenientes están en el costo y la producción que requiere de otras energías para alimentar el proceso de electrólisis. Incluso sin la producción de CO2, los aviones liberan vapor de agua y óxidos de nitrógeno. De ahí que no sea una energía 0% emisiones, pero se acerca bastante al paradigma al ser un método limpio.
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